
Situada en la era de la gran navegación, Vera Cruz tiene como punto de partida la ciudad portuguesa de Tomar. En 1482, un niño abandonado a la puerta de un convento despierta la curiosidad de todos debido a una peculiaridad: una marca de nacimiento que, siglos antes, fue mencionada en una misteriosa profecía sobre la extinción de la malvada Orden de la Cruz de Nerón.
Es a partir de esta característica que la historia de Vera Cruz se desdobla y presenta a Jorge, el portador de la marca, que creció bajo el cuidado de la iglesia y lleno de dudas: al fin y al cabo, ¿qué mensajes quieren transmitir las pesadillas tan presentes en sus noches? ¿Transmitir? A punto de abrir los mares, Jorge se enfrenta a dilemas sobre su identidad, misión, amor, amistad y intrigas.
Realizada a partir de una mezcla de elementos históricos y ficticios, Vera Cruz es principalmente una historia sobre el maniqueísmo, las relaciones humanas, el amor y el odio. Realizada a partir de la investigación en la literatura de la época para asegurar la fidelidad a la ambientación de la novela, Vera Cruz tiene su cúspide en tierras brasileñas, con Jorge adulto y miembro de la escuadra del maestro de la Orden de Cristo, Pedro Álvares Cabral.

Una verdadera batalla en suelo brasileño, entre el bien y el mal, expone angustia, traición, revelación, honor, valentía y el peso de una gran carga. ¿Pero está Jorge preparado para cumplir la profecía?
Monjas, jefes y asesinos
A lo largo de la historia están presentes personajes llamativos que ayudan a Jorge a descubrir su misión. La monja Rosa, quien rescató al recién nacido en la puerta del convento y fue responsable de su creación, Monja Antonela y Don Abelardo, quienes lo ayudaron a interpretar sus misteriosos sueños y visiones, Janaína y su padre, Jefe Piatã, quien lo recibió en la tribu después de una de los muchos intentos de asesinato provocados por el infame Hombre de la Cicatriz, a instancias del cruel bispo Negro, son los responsables de aportar profundidad y dinamismo a la narrativa.
